PROCESO DE E-A

En la primera parte de este apartado hablaremos sobre un método aconsejado por Sotillo para enseñar los SPC a nuestro niño.
A continuación, trataremos el tema de selección del vocabulario inicial y el aprendizaje de los símbolos.
Por último, podemos ver cómo trabajaríamos los SPC en el aula de Audición y lenguaje.

Un método aconsejado (Sotillo,1993, 67) para la enseñanza de los SPC en un aula, recomienda una serie de consideraciones generales para facilitar su enseñanza:



El profesional de AL (Audición y lenguaje) encargado de la enseñanza de los SPC al niño debe trazarse un plan o programa de enseñanza, estableciendo unos objetivos, selección del vocabulario, orden de la presentación, etc.

Una vez establecido el plan, el método recomienda seguir 4 etapas:
  •  Enseñar los símbolos empezando por aquellos que son muy motivadores para el niño/a y vayan a ser de uso frecuente en su vida cotidiana. En este caso podemos incluir por ejemplo, a través de contarle un cuento podemos hacerlo motivador para él y el aprendizaje de esos símbolos incluirlos en su comunicación cotidiana
  • Poner los símbolos aprendidos en el soporte de comunicación. Los símbolos que el niño vaya aprendiendo debemos incluirlos en su tablero.
  • Incorporar los símbolos aprendidos en la comunicación cotidiana. Si es necesario, se planificarán actividades donde el niño/a tenga que usar símbolos  aprendidos para realizar una petición, una elección, etc. Estas actividades son apropiadas para afianzar el conocimiento de los símbolos aprendidos, por ejemplo, pedir algo que el niño quiera, o elegir entre dos o más opciones.
  • Enseñar a encadenar las palabras, es decir, a formar frases simples a medida que el vocabulario adquirido va aumentando. Por ejemplo, si nuestro niño conoce los símbolos de: níño, jugar y pelota, le enseñaríamos a unirlos para poder formar una frase, en este ejemplo: El niño juega a la pelota. 
No se debe olvidar que los símbolos pictográficos al ser tan representativos de objetos reales son muy adecuados para las personas de corta edad o de nivel cognitivo muy bajo. Si además poseen serias dificultades motoras, como puede ser el caso de algunos niños con parálisis cerebral, es muy probable que, desde su nacimiento, sea preciso tener en cuenta una serie de peculiaridades para que su interacción con los adultos y con los objetos se produzca de una forma efectiva y completa desde su inicio.


Selección del vocabulario inicial

No existe un listado preestablecido de palabras con las que comenzar, sino que, en cada caso, se tendrán en cuenta una serie de factores:
  •  La motivación del niño, es decir, sus preferencias. 
  •  Sus necesidades básicas o primarias: aseo, alimentación, etc. 
  • El entorno en el que se desenvuelve, es decir, sus actividades cotidianas.
  •  El nivel evolutivo del usuario: sus habilidades cognitivas y el nivel de lenguaje que posee, ya que permitirá decidir qué categorías de palabras son más adecuadas en cada caso, es decir, nombres y acciones, y si está preparado para que se le incluyan adjetivos, preposiciones, etc.
  • El grado de iconicidad de los símbolos: según las habilidades cognitivas que posea el usuario será más adecuado introducir símbolos con un elevado grado iconicidad, muy pictográficos, o por el contrario, el usuario está preparado para reconocer símbolos con menor o con ningún grado de iconicidad, como pueden ser símbolos abstractos.
El vocabulario extraído de estos factores va a potenciar un aprendizaje significativo y funcional que favorecerá de forma más rápida su uso en situaciones comunicativas cotidianas.


        Aprendizaje de los símbolos SPC

Una vez determinadas las palabras con las que se va a iniciar el aprendizaje, las pautas de enseñanza estarán en función de las capacidades cognitivas del niño y de la edad.
En niños muy pequeños o con un bajo nivel de comprensión puede ser necesario un aprendizaje más sistemático y en pasos más cortos. Puede ser conveniente plantear las siguientes actividades:
  • Asociación del símbolo con su referente, es decir, con el objeto que representa, para ir retirando progresivamente el referente.
  • Emparejamiento entre símbolos. Por ejemplo, seleccionando, entre varios símbolos el que corresponde a la muestra dada. 
  • Diferenciación entre varios símbolos el que corresponde a un objeto, imagen o palabra emitida oralmente por el terapeuta.
Es importante puntualizar que al realizar estas actividades en el aula con el AL es necesario hacerlo en un ambiente lúdico y motivador para el niño. Las actividades de interacción cotidianas, o de juego, son medios perfectos para realizar este tipo de tareas. Las actividades diarias, como la comida o el baño, pueden ser medios ideales para plantear las actividades de asociación, emparejamiento, diferenciación de símbolos con sus referentes (cuchara, vaso, flan, etc).
Igualmente, juegos como el dominó, cartas, etc., en los que están colocados los símbolos, pueden ser actividades divertidas para el niño,  por medio de las cuales se puede conseguir los mismos objetivos propuestos en sesiones “formales” de aprendizaje.

Una vez que el niño/a conoce unos 40 de símbolos, es importante que haga uso funcional y comunicativo de ellos lo más rápido posible. Es decir, lo que se pretende es que, por medio de los símbolos, el usuario empiece a emitir las primeras funciones lingüísticas: elección, petición, rechazo, dar información, etc. El nivel al que se deben enseñar estos símbolos depende de las capacidades y habilidades cognitivas que tenga el niño.
Las actividades planificadas para tal fin deben ser variadas, funcionales y motivadoras para el niño/a; así por ejemplo, aprovechar las actividades cotidianas puede ser una buena forma para que el niño/a comprenda que los símbolos aprendidos y colocados en su soporte de comunicación van a servirle para ejercer su acción en el medio que le rodea, es decir, para comunicarse con los demás.
A medida que el niño va avanzando en su aprendizaje y va afianzando los conocimientos de las fases anteriores entraríamos a enseñarle un aumento de ese vocabulario y una estructuración progresiva de la frase (poco a poco), tanto a nivel de escritura como oral. No debemos olvidar incluir términos que impliquen rechazo como: "no quiero", "basta" ya que les permite mostrar que están en desacuerdo con las proposiciones que se le presentan. El aumento del vocabulario y la importancia de la estructuración de la frase están muy unidos para que sean capaces de comentar todo lo que les está ocurriendo a su alrededor, para que pueda participar en la mayoría de intercambios en su vida diaria.

       ¿Cómo lo llevaríamos al aula de audición y lenguaje?

Para que los usuarios de este sistema de comunicación, poco a poco vayan aprendiendo las diferentes categorías de palabras, estructuraciones de frases, etc, mostramos una propuesta de comunicación.

Lo primero que tenemos que hacer es enseñar a los alumnos es el de estructuración del espacio dónde vamos a trabajar y todos los espacios dónde ellos se vayan a mover. Nosotros, en nuestro aula de audición y lenguaje, hemos hecho esta estructuración, es a modo de ejemplo para entender cómo podemos distribuir el espacioDentro del aula, se distribuirán los materiales por rincones de trabajo para permitir la autonomía y comunicación del alumno, estos estarán señalados por medio de pictogramas. Los diferentes rincones o espacios que hemos señalado en nuestro aula, son:


  1.       Rincón de juguetes.
  2.        Rincón de cuentos.
  3.        Construcciones.
  4.        Material fungible. Pinturas.
  5.        Utensilios de aseo.
  6.       Utensilios de comida.
  7.      Nuevas tecnologías. (Ordenador, proyector, altavoces...)


Material didáctico de apoyo basado en el SPC
Esta imagen es a modo de ejemplo de cómo podría estar estructurada un aula de AL, no quiere decir que tengan que ser así. Lo importante es que en una clase o donde los niños estén habitualmente tiene que estar señalado por medio de pictogramas.
El objetivo de este nivel es reconocer los espacios y el material destinado para cada actividad. De esta forma el alumno identifica el rincón con el pictograma y la tarea que debe realizar, estructurando visualmente el espacio.

Antes de empezar a trabajar con el niño, haremos una observación de él y una entrevista con su familia, para saber más acerca del niño, y así saber más sobre sus gustos y preferencias. Esto nos hará más fácil saber por dónde debemos empezar.

Después pasaríamos a enseñar un "vocabulario inicial", que como hemos mencionado anteriormente, no existe un listado fijo con los que comenzar. Tendremos en cuenta las preferencias y gustos del niño, sus necesidades básicas (aseo, alimentación) y sus actividades cotidianas (sus rutinas).


 Establecimiento de rutinas. Inclusión y desarrollo del SPC


Podemos empezar a través de cuentos, vídeos...etc, recursos que al niño le motiven y por medio de los cuales aprendan.


Micolederiogordo's Blog. Cuentos en Pictográmas SPC


Actividades cotidianas y necesidades básicas.

Cuando el niño entre en el aula de audición y lenguaje realizaremos el saludo informal ("hola", "buenos días"). Con el desarrollo de las rutinas nos referimos a las siguientes acciones:

1. Quitar el abrigo.
2. Saludo.
3. Secuencia del día.
4Desayuno.
5. Lavado de manos.
6. Recreo.
7Actividades de la mañana.
8. Lavado de manos y comida.
9. Actividades de la tarde.

Puede variar el orden según el centro, los niveles, los horarios, etc.


 
 Material didáctico de apoyo de los SPC.

Favoreceremos el uso espontáneo del vocabulario. 
Para ello podemos hacer, a la hora del almuerzo o de la merienda se le presentan varias posibilidades y el niño que elija mediante los símbolos adecuados. 
También podemos hacer que el niño interaccione con los demás, participando en juegos y actividades lúdicas.

Estructuración de frases.

El niño ya tendrá un vocabulario considerable, y debemos estructurarlo para que sea capaz de hacer frases y favorecer su capacidad comunicativa. 


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